
Al fin, una deuda con el pasado se cumplió y una de las bandas que nunca creí ver apareció sobre el escenario del Auditorio Nacional. Un señor pelón, un multinstrumentista ataviado con un vestido rojo (qué multinstrumentista no es raro), violinista y demás miembros cumplieron con lo que he llamado el fenómeno "esto se parece a lo que me pasaba hace diez años."
James es una banda extraña, algo ocurrió con ellos que los hace ser casi de culto. Tienen una carrera muy larga, suficientes discos y sencillos como para ser considerados como una agrupación importante y una legión de seguidores que atesoran sus canciones junto a sus recuerdos más importantes. De no ser así, no sé que otra explicación darle a lo que ocurrió anoche. Ha sido uno de lo conciertos más emotivos, intensos y brillantes a los que he asistido.
El concierto comenzó al rededor de las 8:40, muy puntuales y lo agradezco enormemente. Abrieron con Say Something, canción que me recuerda particularmente una clase de matemáticas en tercer semestre de la prepa (esos tiempos). James tenía casi 20 años de existir y de pronto hizo conexión con un mozalbete enamoradizo e incapaz de articular del todo lo que sentía. Tal vez sea ese el encanto de James, decir lo que muchos quisimos y que por limitaciones, generalmente inventadas, no fuimos capaces de concretar.
El concierto siguió sin mayores contratiempos, en realidad estuvo un poco clavado, tocaron como seis canciones que la mayoría de los asistentes no conocían intercaladas con algunos hits, lo cual hacía lo desconocido bastante llevadero. Esas canciones muy bien interpretadas y lejos de perder el control nos mantenían a la espera de las canciones que queríamos escuchar.
Algo muy interesante fue que improvisaron,. Sometimes comenzó con guitarra acústica para ir poco a poco creciendo, al igual que Tomorrow. No había notado la gran influencia de música tradicional ¿inglesa? en sus canciones, y debo decir que eso me parece cuatro veces más interesante.
El momento cumbre, a mí parecer, fue con Born of Frustration, para sorpresa de todos Tim Booth (vocalista) bajó del escenario sorprendiendo al público, a los de seguridad y creo que a él mismo, supongo que esperaba cantar abajo, pero los fans no lo dejaron, querían llevarse una mecha de cabello, pero evidentemente no lo lograron. Logró regresar al escenario; casi al final de la interpretación algo ocurrió, creo que el pensamiento generalizado fue: "¿qué diablos está pasando?" Fue como si el tiempo se detuviera. De ahí para el final, los aplausos se hicieron más sonoros, los gritos más cálidos y la música más cercana.
Salieron como héroes, aplaudidos como muy pocas veces he podido ver; creo que fue porque al fin todos los que fuimos pudimos compartir nuestras canciones atesoradas junto con nuestros recuerdos más intensos, los recuerdos de nuestros primeros amores.
James es una banda extraña, algo ocurrió con ellos que los hace ser casi de culto. Tienen una carrera muy larga, suficientes discos y sencillos como para ser considerados como una agrupación importante y una legión de seguidores que atesoran sus canciones junto a sus recuerdos más importantes. De no ser así, no sé que otra explicación darle a lo que ocurrió anoche. Ha sido uno de lo conciertos más emotivos, intensos y brillantes a los que he asistido.
El concierto comenzó al rededor de las 8:40, muy puntuales y lo agradezco enormemente. Abrieron con Say Something, canción que me recuerda particularmente una clase de matemáticas en tercer semestre de la prepa (esos tiempos). James tenía casi 20 años de existir y de pronto hizo conexión con un mozalbete enamoradizo e incapaz de articular del todo lo que sentía. Tal vez sea ese el encanto de James, decir lo que muchos quisimos y que por limitaciones, generalmente inventadas, no fuimos capaces de concretar.
El concierto siguió sin mayores contratiempos, en realidad estuvo un poco clavado, tocaron como seis canciones que la mayoría de los asistentes no conocían intercaladas con algunos hits, lo cual hacía lo desconocido bastante llevadero. Esas canciones muy bien interpretadas y lejos de perder el control nos mantenían a la espera de las canciones que queríamos escuchar.
Algo muy interesante fue que improvisaron,. Sometimes comenzó con guitarra acústica para ir poco a poco creciendo, al igual que Tomorrow. No había notado la gran influencia de música tradicional ¿inglesa? en sus canciones, y debo decir que eso me parece cuatro veces más interesante.
El momento cumbre, a mí parecer, fue con Born of Frustration, para sorpresa de todos Tim Booth (vocalista) bajó del escenario sorprendiendo al público, a los de seguridad y creo que a él mismo, supongo que esperaba cantar abajo, pero los fans no lo dejaron, querían llevarse una mecha de cabello, pero evidentemente no lo lograron. Logró regresar al escenario; casi al final de la interpretación algo ocurrió, creo que el pensamiento generalizado fue: "¿qué diablos está pasando?" Fue como si el tiempo se detuviera. De ahí para el final, los aplausos se hicieron más sonoros, los gritos más cálidos y la música más cercana.
Salieron como héroes, aplaudidos como muy pocas veces he podido ver; creo que fue porque al fin todos los que fuimos pudimos compartir nuestras canciones atesoradas junto con nuestros recuerdos más intensos, los recuerdos de nuestros primeros amores.
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