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martes, 27 de enero de 2009

Le Angle du Cinéaste: The Curious Case of Benjamin Button


El Curioso Caso de Benjamin Button
The Curious Case of Benjamin Button
David Fincher, 2008

Ha llegado la hora de analizar, en el primer Angle del año, (esperamos no sea el único), la multinominada película El Curioso Caso de Benjamin Button, que el pasado 22 de enero recibió 13 nominaciones al premio de la academia, a entregarse el próximo domingo 22 de febrero.

¿Y ganará el oscar a la mejor película? Tiene muchísimas posibilidades. ¿Se lo merece? Por supuesto que no, pero lo ganará a menos que Danny Boyle con su Slumdog Millionaire le arrebate el premio como lo ha hecho ya en los globos de oro, los SAG awards y varias premiaciones más.

El Curioso Caso de Benjamin Button, de David Fincher, cuenta la historia de un hombre que por alguna razón que no es explicada, nace siendo un anciano. El tamaño es el de un bebé, pero nace con arrugas, artritis y demás achaques propios de una persona de más de 90 años. Su madre muere durante el parto y su padre, horrorizado ante su feísimo nene, lo deja abandonado en una casa de cuidado de ancianos, en donde una bondadosa mujer negra lo adopta. Esto a Benjamin le va como anillo al dedo porque sus primeros años de edad los vive como un anciano, entre ancianos. Conforme los años pasan, Benjamin se da cuenta de que su postura se compone, sus achaques desaparecen y poco a poco está rejuveneciendo, en lugar de envejecer. Premisa interesante, sin duda, pero que lamentablemente a David Fincher se le escapa de las manos aproximadamente cuando la película lleva una hora de duración.

Fincher tiene una carrera dispareja como director. Por un lado, ha dirigido tres excelentes películas (Fight Club, Seven, Zodiac) y otras tres que a mí me parecen limitadísimas (Alien 3, The Game y la insufrible Panic Room). Benjamin Button se encuentra en este segundo grupo, a pesar de que durante su primera hora me hizo creer que no solamente estaba dentro de las grandes películas de Fincher, sino que era la mejor hasta el momento.

A pesar de que muchas cosas del inicio me gustan, la película empieza regular. Hay una sobradísima historia de un hombre que construye un reloj que va hacia atrás que no sirve para absolutamente nada, después vamos a un hospital y nos enteramos que quien nos contó la historia del relojero es una viejita en su lecho de muerte, escuchada por su hija. ¿Recuerdan Titanic? ¿Recuerdan lo inútil que era la viejita al principio y al final? Bueno pues aquí pasa lo mismo. La historia de Benjamin Button podría llevarse muy bien sin tener que meter la historia de la viejita moribunda en el hospital contandole a su hija lo que estamos viendo en pantalla. Innecesario. Y para una película de casi tres horas de duración, que no se sostiene, algo así la hace mucho, mucho más pesada. Además, como Fincher decide ir a la viejita durante varias ocasiones en la película, corta el ritmo de la historia de Brad Pitt, que interpreta al Benjamin del titulo.

Después de las largas introducciones, vamos a lo que es la vida de Benjamin en sus primeros años, que fue lo único que me parece que se sostiene en la película. El personaje es entrañable, nos importa lo que le va pasando y realmente es curioso cómo va acoplándose a un mundo en el que todo mundo lo trata como un anciano, cuando realmente es un niño de 7 años. Es en esta época en el asilo de ancianos cuando conoce a la pequeña sobrina de una de las huéspedes, que tendrá mucha participación en el desarrollo de la película.

Benjamin sigue haciéndose jóven y llega un momento en el que decide partir a buscar suerte en el mundo. No revelaré nada de la trama, pero a partir de que sale el primer colibrí, la película me perdió. Es en este momento cuando Benjamin Button pasa de ser la historia de un entrañable personaje cuyas abrumadoras circunstancias lo hacen preguntarse por qué la vida lo escogió para darle una existencia tan difícil a ser la historia de un tío guapo que vive mil aventuras y cuyo director ansía profundamente tener en sus manos el oscar a la mejor dirección del año. Y creo que ese es el principal problema de la película: se nota que Fincher la está dirigiendo no para contar una historia que conmueva al espectador o lo haga reflexionar, sino que la está haciendo para ganar muchos premios. La película quiere ser épica y hace todo para lograrlo, lamentablemente la historia da de sí muy pronto y cada minuto de sus tres horas se sienten leeeeentos. Eso sí, técnicamente la película no tiene peros y no me sorprendería ver que se llevara galardones en fotografía, dirección de arte, etc., pero en cuanto a dirección, guión y película deja mucho que desear.

Creo que lo más lamentable es que la película tenía buenas ideas, prometía muchísimo y tenía con qué cumplirlo, pero estas ideas nunca cuajan. El aprovechar cada momento de tu vida, la idea de que somos definidos por todas las oportunidades que se nos presentan, las aprovechemos o no, creo que podían dar para algo muy interesante. Eso, aunado a un personaje tan particular, podría haber dado un guión maravilloso, pero a partir de que el personaje llega a los 40 años, como que al director se le olvida lo que hace tan especial a Benjamin y durante la hora y media restante el espectador quiera que la historia se apure para ver qué pasa cuando Benjamin se hace niño.

La película se centra en los amores de Benjamin, principalmente en la relación que forma con Daisy, el personaje de Cate Blanchett. Si vas a hacer un romance de tres horas en donde el peso de la película está en lo difícil que a tu personaje le resulta encontrar el amor, pues la relación me tiene que transmitir algo. El romance entre ellos dos nunca me transmitió nada, no me conmovió, cuando se dejan de ver muchos años no me importa, cuando después de muchos años se vuelven a ver, ambos tienen la misma emoción que la que les daría al encontrarse un billete de 50 pesos en la calle. Nunca ví o sentí ese reencuentro con el amor de tu vida.

Las actuaciones no son de lo mejor, Brad Pitt empieza bien y acaba mal, Cate Blanchett, siendo una gran actriz, me pareció que aquí le faltó mucho. Quien mejor está es Taraji P. Henson, la madre adoptiva de Benjamin, que está nominada como mejor actriz de reparto.

El guionista del filme es Eric Roth, escritor de Forrest Gump y que en más de 4 ocasiones me pareció que quiso hacer exactamente lo mismo que hizo en aquella galardonada pieza. El guión pareciera una calca de aquella, las situaciones son muy parecidas, el personaje principal tiene cierta afección que lo hace diferente a los demás, su historia se va contando a la par de hechos importantes en la historia de la humanidad, su interés amoroso es una joven rebelde que al principio lo rechaza y que poco a poco se da cuenta del valor que tiene él como persona, e inclusive la famosa frase "Mi mamá siempre me dijo que la vida es como una caja de chocolates, nunca sabes lo que te va a tocar", tiene su par aquí, pero ahora la frasé de la mamá (sí, también es de la mamá), es "You never know what´s coming for you". Lamentablemente lo que funcionaba en Gump no funciona aquí y se nota la diferencia entre un director como David Fincher y otro como Robert Zemeckis.

Le doy dos estrellas de cuatro porque los primeros años de la vida de Benjamin me gustaron mucho y creo que técnicamente no tiene fallas, pero de eso a que la recomiende como una buena película, no. Con todo y los óscares que gane.

Bien: los primeros años de vida de Benjamin Button. El amorío de Benjamin en Rusia. La escena en donde Benjamin le pregunta a su mamá adoptiva por qué le tocó ser así es maravillosa.

Mal: Muy larga. Historia poco sostenible, o sea, mal guión. Secuencia inicial del relojero. Cuando Brad Pitt crece se le olvida actuar su personaje y está haciendo de Brad Pitt. Los colibríes. Dios mío, los colibríes. La mayoría de los personajes secundarios sobran. La viejita narradora. Muchísimas secuencias innecesarias. El huracán. La forma de contar el accidente. El último minuto.

** (De 4)

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